lunes, 11 de diciembre de 2017







Jesús cedió a las lágrimas (Juan 11:35).

A Jesús le dolía en el corazón ver sufrir a la gente. Por ejemplo, cuando vio el dolor que sentían los familiares y amigos de Lázaro por su muerte, lloró. Y eso que sabía que lo iba a resucitar (Juan 11:33-36). A él no le daba vergüenza expresar sus sentimientos. Quienes lo observaron se dieron cuenta del cariño que sentía por Lázaro y su familia. Amaba tanto a su amigo que usó el poder que le había dado Jehová para devolverle la vida (Juan 11:43, 44). Jesús es “la representación exacta” del Creador (Heb. 1:3). Por eso, sus milagros nos enseñan que su Padre también desea borrar de la Tierra el dolor que ocasionan la enfermedad y la muerte. En el pasado, Jesús resucitó a algunas personas. Pero pronto él y su Padre resucitarán a muchísimas más, como él mismo aseguró: “Viene la hora en que todos los que están en las tumbas conmemorativas [...] saldrán” (Juan 5:28, 29). w15 15/6 2:13, 14



Mis Queridos Hermanos Trabajen en lo bueno para que logren asirse firmemente de la vida que realmente lo Es (1 Tim. 6:18, 19).

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Tj El Nuevo Mundo Es Una Realidad Te Ves Alli .......

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