viernes, 10 de noviembre de 2017






Viernes 10 de noviembre



Ella decía: 
“Si toco nada más que sus prendas de vestir exteriores,
 recobraré la salud” (Mar. 5:28).


Jesús se dio cuenta de que Jehová había curado a la mujer, así que la trató con ternura y le dijo: “Hija, tu fe te ha devuelto la salud. Ve en paz, y queda sana de tu penosa enfermedad” (Mar. 5:34). ¡Qué bueno es Jesús! En su corazón hay un lugar muy especial para los enfermos. En cambio, Satanás intenta convencernos de que nadie nos quiere, que no valemos nada. Pero Jesús demostró con sus milagros que de verdad le importamos y que nuestros problemas le preocupan. Sin duda, tenemos al mejor Rey y Sumo Sacerdote que podríamos soñar: es cariñoso y sabe ponerse en el lugar de los demás. ¡Qué afortunados somos! (Heb. 4:15). Es cierto que a nosotros puede costarnos comprender los sentimientos de los que sufren una enfermedad crónica, sobre todo si nunca hemos pasado por algo así. Sin embargo, Jesús tenía una salud perfecta y eso no le impidió ponerse en el lugar de los enfermos. Hagamos lo mismo: esforcémonos por ponernos en el lugar de quienes sufren por la mala salud (1 Ped. 3:8). w15 15/6 2:11, 12






Mis Queridos Hermanos Trabajen en lo bueno para que logren asirse firmemente de la vida que realmente lo Es (1 Tim. 6:18, 19).

   Su Administrador
Tj El Nuevo Mundo Es Una Realidad Te Ves Alli .......

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